Los visitantes de la abadía de Paisley -municipio vecino a Glasgow (Escocia)- pueden llevarse una sorpresa al contemplar los detalles de su centenaria fachada. Y es que esta joya de la arquitectura medieval europea (su construcción original data del S. XIII) esconde un secreto que lleva algún tiempo intrigando a los feligreses más observadores: Una de sus gárgolas tiene una increible semejanza con los Xenomorfos de la película “Alien”.
Al admirar el pétreo engendro que parece reirse de nosotros desde lo alto de los muros de la abadía, uno piensa que tal vez estos temibles alienígenas son viejos como el tiempo y ya eran conocidos hace siglos, de modo que algún maestro cantero decidió plasmar su efigie como representación de lo siniestro y lo macabro, del mal que acecha en la oscuridad y del que en aquellos tiempos sólo las grandes catedrales podían ofrecer cobijo y consuelo a los más desfavorecidos.
Fue el pasado verano cuando la fotografía de la gárgola se difundió por las redes sociales hasta viralizarse. Aunque su presencia lleva años causando estupor, fue internet quien sacó a la luz este misterio y volvió los ojos del mundo hacia la pacífica localidad escocesa.
En declaraciones a los medios de comunicación, el reverendo Alan Birss desveló recientemente las claves de este episodio de terror extraterrestre. Al parecer 12 de las gárgolas originales debieron ser retiradas en el año 1991 debido al mal estado en que se encontraban. Para la creación de las nuevas piezas se contrató a un artesano de Edimburgo, quien incluyó el Xenomorfo entre sus diseños. En opinión del reverendo, o bien el escultor pudo haber situado al alien simplemente por divertimento, demostrando un sentido del humor notáblemente friki, o bien la fecha reciente en que se había estrenado la tercera parte de Alien en el momento de realización de las gárgolas pudo influir inconscientemente al artesano, haciéndole imaginar a un alienígena con un aspecto tan similar al de las criaturas de Ridley Scott. En ningún caso, piensa el reverendo, hubo una intención deliberada de plagiar a los seres de la película.
Según parece las primeras reacciones de los visitantes de la abadía ante la singular gárgola datan de 1997 y se han venido sucediendo con mayor o menor continuidad desde entonces. Sin embargo, ha sido el auge de las redes sociales lo que ha desencadenado la expectación por este curioso ornamento.
No es infrecuente que los artesanos de la piedra dejen trazas de su contribución a las sucesivas restauraciones de edificios históricos por medio de la inclusión más o menos tolerada de símbolos o figuras contemporáneos. Es una tradición que puede considerarse como la “firma” de los constructores. Quizá la más famosa sea el astronauta que puede observarse en el flanco izquierdo de la puerta de Ramos (norte) de la catedral de Salamanca, incluido por el cantero Miguel Romero durante la restauración llevada a cabo en 1992.
También es digna de mención la decoración de los pináculos de la capilla de Bethléem, a pocos kilómetros de nantes (Francia) que tras su última restauración entre 1993 y 1995 vió surgir las efigies de varios gremlins, algún alien e incluso el mismísimo Goldorak.
Y no podíamos cerrar este breve repaso del grotesco arquitectónico contemporáneo sin dedicar unas líneas al sombrío Darth Vader que otea el horizonte desde la torre Noroeste de la National Cathedral en Washington, incluído en la construcción original en los años 80 como resultado de un concurso infantil.
Así que, como conclusión, no olvidéis llevar vuestros prismáticos la próxima vez que visitéis una de estas grandes catedrales, y dedicad un rato a escrutar las figuras que pueblan sus capiteles, pórticos y pináculos. Es probable que os encontréis alguna sorpresa, especialmente si la catedral ha sufrido alguna restauración en fechas recientes.
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